3. El mensaje
El 17 de enero del 2021 fue un
dia especial y estos fueron algunos de los mensajes recibidos,
“Dios te entregará una alegría
que aplastara todo aquel sufrimiento que has vivido. Se paciente”.
“El que persevera
alcanza y el que espera en Dios vencerá”
“Puede que no te haya
gustado el final pero Dios te dará un hermoso comienzo”
“Nada está perdido, lo
que sucede es que estoy haciendo cambios en tu vida”
Esa noche lloraba
desconsoladamente. Sentía que las fuerzas se me estaban acabando. Me parecía
estar en una especie de callejón sin salida, me estaba dejando ir. No
tenía más ganas de luchar. Hasta ese momento había sido fuerte aceptando
con resignación las grandes pruebas que me estaba poniendo la vida
pero aquella noche había llegado a un punto donde sentí que
todo se me desmoronaba ante mis ojos, viendo la oscuridad total. He dejado
salir todas mis emociones a través de aquellas lágrimas de dolor y
desesperación. Era muy angustiante para mí la
situación por la que estaba atravesando en ese momento. Me sentía
abandonada. Me sentí en la miseria total de pensar que a nadie le importaba lo
que me estaba pasando. Parecía que a nadie le importaba mi dolor y mi agonía.
De repente en medio de tanto
dolor y tristeza algo sucedió. Un rayo de luz parecía
finalmente asomarse por mi ventana y de manera
inesperada llegó a mí en ese mismo instante un mensaje. Era un
mensaje vía whatsapp. Me di cuenta que no lo tenía en mis
contactos. No tenía la menor idea de quién era. Para
salir de mis dudas y curiosidad voy de inmediato a ver el contenido de
aquel mensaje. Cuando leí aquel mensaje una sonrisa se asomó
tímidamente en mi rostro. Esta persona me estaba contactando por el anuncio que
había publicado en internet, estaba necesitando una
persona para asistirle en casa. En aquel momento no tenia un trabajo
estable que me permitiera salir de aquella pesadilla. Gracias a este mensaje podría salir finalmente de
aquel lugar oscuro y ver
finalmente la luz al final del túnel. Mi marido abusaba del alcohol pero
las cosas habían empeorado con la pandemia y yo tenía que pagar con
su maltrato físico y psicológico. Era una verdadera pesadilla.
Tuve que soportar las amenazas
y humillaciones también por parte de su familia. Un día su hermana me tiró la
basura encima mientras sus padres miraban en silencio el gran espectáculo.
Recuerdo que en una de
aquellas discusiones donde también intervinieron su familia le dije que Dios
estaba mirando todo lo que estaba sucediendo y el papá de mi ex marido dijo en
ese momento con un tono burlón “no metas a Dios en esto” en el
único amigo que yo confío es en este perro que tengo aquí conmigo.”
Irónicamente este perro moriría meses después a causa de la picadura de una
serpiente que lo atacó mientras hacía con él una caminata en montaña.
A veces las personas dicen
cosas sin saber el peso de las consecuencias de sus palabras. Se imaginan
estar en el balcón gritando desesperadamente por ayuda porque el papá de
tu marido quiere golpearte y ver que los
vecinos no hacían nada.
Por un tiempo tuve temor por
mi vida pero gracias a Dios no perdí la fe en que Dios
estaba protegiéndome y no iba a permitir que nada malo me sucediera.
El papá de mi ex marido era un
carnicero así que se entendía muy bien de cuchillos y además tenía una
selección de cuchillos muy afilados en casa.
Se pueden imaginar el terror con
el que vivía en aquel lugar. Aquella vez que intentó su padre y también
el marido de su hermana golpearme grité como nunca lo había hecho en mi vida.
Todo el vecindario me escuchó.
Gritaba por ayuda pero también
gritaba basta basta era suficiente basta yo no
podía más. Solo pude gritar por la ventana a los vecinos que llamaran a la
policía quienes finalmente se decidieron a llamarla. Minutos mas tarde llegó al lugar pero no hizo nada al respecto.
Si no me quité la vida en
aquel tiempo fue por mi gran fe y si no hubiera sido por mi fe probablemente no
estaría aquí ahora para contarlo.
Mi marido me golpeaba y luego
decía que era mentira que todo me lo había inventado. Llamar a la policía
resultaba siempre inútil. Las autoridades italianas habían decidido hacer como
la canción de Shakira, se hicieron los ciegos, los sordos y los mudos.
Quizás ser extranjera no me ayudaba mucho, parecía que todo estaba en mi
contra. La única amiga que tenía me
dio también la espalda y me bloqueó de whatsapp quedándome totalmente sola.
Había ido a la policía a denunciar que mi suegra me había amenazado de muerte y
que mi marido me golpeaba. Le di el número de mi amiga quien tenía conocimiento
de lo que sucedía pero mi amiga se enojó y me bloqueó y fue a testificar en mi
contra. Todos mis gritos de ayuda fueron inútiles, nadie me ayudó.
Tuve que ver las miradas
frías e indiferentes de muchas personas. Por cuestiones legales tuve que
esperar un tiempo hasta que se organizara todo lo del divorcio mientras tanto
debía soportar la locura de aquel hombre.
En una situación así es
fácil que te pasen por la cabeza las desesperadas ganas de morir. Muchas veces pensé cuál sería
el mejor modo de hacerlo. Pensé que podía irme a la montaña y morir allí de
hambre lentamente, también pensé que podía tirarme de un puente asi seria mas
rapido y menos doloroso. Son pensamientos que me acompañaron por mucho tiempo y
que te llegan en momentos de mucha desesperación. Solo quieres escapar y que te
dejen en paz.
A veces los milagros ocurren cuando menos lo
esperas o quizás cuando más lo necesitas.
En aquel momento, para mí aquel mensaje vía whatsapp era una
especie de bendición divina que había llegado a mí para ayudarme a salir de la difícil
situación en la que me encontraba pero al parecer había algo mas.
Continua...